"Parece que se nos olvidó lo esencial", Parte III

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Ya se me hizo un hábito en mi comprar mensualmente "El Ciudadano", una publicación que trae temas bastantes interesantes sobre política, medio ambiente, organizaciones ciudadanas, etc. Estaba leyendo el número correspondiente a enero de este año, y me encuentro con el artículo "El Secreto no estaba en Wall Street sino al fin del mundo". Como apoyo gráfico le acompañaba una foto de alguno de estos pueblos ancestrales que habitaron el actual extremo sur del país (la misma que puse yo xD!).

Me interesó bastante, se trataba en específico de la cultura Yagan, que navegó "al sur del Estrecho de Magallanes, en la región del Canal de Beagle, Isla Navarino e islas adyacentes". Digo navegó, porque más que estar asentados en un lugar terrestre, eran pueblos nómades que se iban movilizando y pasando gran parte del tiempo arriba de sus canoas hechas de troncos. Allí, en esos canales de condiciones climáticas extremas, crearon una cultura muy sobria y simple, una "cultura de la caza y de la pesca", pero muy rica en aspectos personales, espirituales y culturales.

¿Cómo eran capaces de sobrevivir en condiciones tan extremas con tecnología tan precarias? Es que ellos más que darle importancia a las condiciones externas, se preocupaban de cuidar su "sol interno del hombre", o como ellos lo llamaban, el Leum Ua. Esto en nuestras palabras, es lo más parecido al espíritu. Claro, "si el viento patagónico arranca de cuajo todo, hasta los achaparrados ñirres, lo mejor entonces será navegar y hundir las raíces de la identidad en el fuego interno".

A través del cultivo del Leum Ua, "nos están recordando que la persona nunca va a poder cazar ningún poder si no mantiene dentro de si el alerta; es decir, la conciencia de si; si no está con el arpón de la conciencia en ristre para 'capturar la huidiza presa', la misma que astutamente nos marea mimetizándose con las aguas. Aprendió que 'ser humano' implica una disciplina diaria: jamás dejar apagar ese fuego de la conciencia despierta, ni el fuego de la pasión de ser y conversar en la sobria canoa del viaje. El yagán supo que la felicidad no estaba en el acaparar, ni en el exhibir, ni en la seguridad de ningún crédito hipotecario... sino en el nomadismo, en el abandonar, en el no poseer (sino 'poseerse' para cazar energía), en el cuidado de ese fuego, del sol interior..."

No sé, simplemente lo encontré notable. Prender nuestro fuego interior y conversar con los demás, ya que "nosotros somos y existimos en la conversación del otro"... una receta tan simple para algo que a veces lo complicamos mucho, y que llamamos vida.

Como decía Ziley Mora, autor de este artículo y experto en cosmovisiones originarias de Chile, este es el secreto humano que nos tenían los yaganes, el de hacer cada una de nuestras acciones más amorosas, íntimas... en el fondo, más humanas.

Otra vez nuestros pueblos originariosm, que alguna vez nuestra cultura los desterró salvajemente, nos está dando cátedra de civilización, valor del que tanto nos jactamos y pareciera ser que somos los que menos sabemos de ella.

Aunque cité descaradamente gran parte del artículo original xD!... igual sería bueno que pudieran leerlo íntegramente. Lamentablemente no está todavía en la versión digital del diario, y la versión impresa yo cacho que ya se agotó en los kioskos. Si es que llegara a salir en la pagina web de "El Ciudadano", les aviso :P

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